Está demostrado. Los humanos y los perros han sido compañeros a lo largo de la historia, y esta relación ha quedado probada por un reciente hallazgo no lejos de Bonn (Alemania) que data de la era Paleolítica.
En 1914, un grupo de trabajadores encontró, por casualidad, una tumba que incluía los restos de un hombre, una mujer y dos perros. Nuevas investigaciones han dejado evidencia de dos cosas a destacar: No sólo que el vínculo emocional con nuestras mascotas no es una costumbre de nuevo cuño, un lujo de la era moderna. Más bien todo lo contrario, este nexo se remonta a mucho antes de lo pensado: 14.000 años. Y lo segundo, y más importante aún, es que siempre hemos cuidado de ellos como parte de nuestra familia. Los restos revelan que uno de los perros padecía una infección grave desde cachorro y que fue cuidado por los humanos durante su enfermedad.
El bioarqueólogo Luc Janssens, de la Universidad de Leiden (Holanda) basándose en los restos de los dientes de uno de los animales, llegó a la conclusión que uno de los perros padecía una infección grave de moquillo canino(virus morbilli). No pudo hacer un diagnóstico final porque el material genético del virus había desaparecido.