Con motivo del mundial de futbol que se celebrará en Rusia, el gobierno ruso ha iniciado una campaña de refugios temporales para los más de 2 millones de perros sin hogar que habitan las futuras sedes que acogerán durante el verano este evento. Sin embargo, los fondos y asociaciones para la defensa de los animales están denunciando el asesinato masivo de animales callejeros, contando incluso con la complicidad de centros de acogida. Este asunto ya ha llegado a la cámara baja del Gobierno ruso, donde ya se están estableciendo medidas para evitar el trato sádico hacia animales indefensos.

«Todos los días me llaman para denunciar el asesinato de perros. Se ha destinado mucho dinero para la captura de animales callejeros y la empresa que ha ganado el concurso no esconde su muerte» cuenta a la agencia ‘Efe’ Ángela Makárova, directora del Fondo para la Defensa de los Animales ‘Dino’, en Volgogrado. Esta ciudad acogerá la fase de grupos del mundial, y es por eso que las autoridades locales pusieron en marcha con presteza el plan de acogida temporal por dos motivos fundamentales: para el control de estos animales callejeros y para evitar que puedan atacar a los visitantes del evento.

Sin embargo, la colaboración y buena voluntad para con nuestros mejores amigos por parte de los voluntarios del  FDA ‘Dino’, que atienden, esterilizan, vacunan e identifican, con su propio dinero, a los perros para que dejen de significar un peligro, se está viendo empañada por la sádica actuación de algunos desalmados, que optan por la opción «Más rápida y barata».

«A los animales se les dispara con escopetas de aire comprimido, cargadas con un veneno barato que les provoca terribles sufrimientos antes de la muerte. Los perros tardan media hora en morir, entre dolorosas convulsiones y asfixia», dice Makárova, cuyo fondo gestiona un refugio para casi 200 perros.

Volgogrado siempre ha recurrido a la solución más drástica, pero la situación se ha agravado en vísperas del Mundial. «Van incluso a por los animales vacunados y con correa, con tal de engrosar sus resultados y justificar el dinero recibido», dice la activista.

 

 

En diciembre pasado, el llamado «refugio» municipal de Volgogrado—responsable de capturar a los animales encontrados en la calle— se llevó a varios perros y los mató el mismo día, pese a que una normativa regional obliga esperar al menos una semana hasta que aparezcan los dueños o que lleguen voluntarios dispuestos a acoger a los animales. «Cuando llamé al director de esa empresa al día siguiente, me dijo que los perros ya no estaban», cuenta Nadezhda.

«Recibimos denuncias sobre el asesinato masivo de animales en prácticamente todas las ciudades del Mundial, salvo Moscú«, nos cuenta Yuri Koretskij, presidente de la Alianza de Defensores de los Animales. En este mes que entra, presentará un informe de los hechos acaecidos. En la capital rusa hay suficientes refugios, «pero otras ciudades no tienen donde acoger a estos animales y optan por lo más fácil y barato».

Las denuncias han llegado a la Duma del Estado (cámara baja del gobierno ruso), que pidió al Gobierno medidas para evitar este trato sádico. Así, el Gobierno respondió con una petición a las administraciones locales, a las que exigió «abstenerse de medidas que puedan ser calificadas como maltrato de los animales y provocar una reacción negativa de la sociedad», según el boletín del Parlamento.

Aun así, la naturaleza sigue abriéndose paso y se resiste a la erradicación, dejándonos claro el camino a seguir para asegurar la vida de estos animales callejeros indefensos: «Las perras paren muchísimos cachorros, hasta 12 y 13 en cada camada, y prácticamente todos son hembras(…). Aunque parezca una locura, incluso la propia naturaleza intenta decirnos que la solución es la esterilización y suelta de los animales».

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