La conquista de América no solo dio fin a miles de poblados indígenas, tribus con inmensa riqueza cultural y grandes recursos naturales, sino que también arrasó con muchas especies animales hasta el punto de acabar con los perros nativos del continente americano. Debido a los escasos recursos armamentísticos, los perros nativos fueron utilizados a modo de defensa y como fuerza de ataque durante los enfrentamientos entre los conquistadores y las tribus autóctonas .

Un reciente estudio realizado por investigadores de diferentes universidades sugiere que los primeros canes americanos llegaron al continente como compañía de los humanos desde Siberia a través de un antiguo puente terrestre que abarca el estrecho de Bering,  sumergido al final de la última glaciación. Compartieron la vida con esos pobladores originales durante miles de años hasta la llegada de los conquistadores y colonos europeos, que introdujeron sus propias razas.

Gracias a la investigación, sabemos que perros norteamericanos modernos como los labradores y los chihuahuas provienen de razas eurasiáticas, introducidos en el continente Americano entre los siglos XV y XX. Además, es sabido que los españoles llevaron mastines, galgos, sabuesos o alanos para ser utilizados en combate contra los indígenas. Estos animales estaban dotados de mayor fiereza y tamaño que los perros nativos.

 

Según Kelsey Witt Dillon, investigador de la Universidad de California, existen varios posibles motivos que expliquen su desaparición: «En primer lugar, la introducción de perros europeos probablemente conllevó  nuevas enfermedades en la población local, lo que causó la muerte de muchos de ellos, en un efecto similar a la introducción de la viruela y otras enfermedades entre los nativos americanos», «Además, sabemos por registros históricos que los colonizadores europeos se sintieron amenazados por los perros indígenas, y que muchos de ellos fueron aniquilados deliberadamente», añade. Además, «A medida que se introdujeron nuevas razas y se cruzaron con las indígenas restantes, las variantes genéticas autóctonas se perdieron con el tiempo».

El nuevo estudio apoyan la idea de que tanto los habitantes de America como sus perros, se enfrentaron a dificultades ante la llegada de los colonizadores. Según Ripan Malhi, profesor de antropología en la Universidad de Illinois (EE.UU.). «Lo que encontramos es que los perros de esas gentes experimentaron una historia aún más devastadora y una pérdida casi total , Se sabe que los pueblos indígenas sufrieron las prácticas genocidas de los colonos europeos después del contacto».

 

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