Tal vez pensar en abandonar al perro o gato que es casi como un miembro de la familia es un imposible para muchos. Pero en España es una realidad que empieza a subir sus indicadores y preocupa a las autoridades. Y preocupa no solo por el abandono en sí mismo y los problemas de salud que vienen asociados a esto, como focos de infecciones y enfermedades y cachorros sueltos por apareamiento de los animales en la calle, sino porque una de las razones radica en la difícil situación económica que ha hecho que las mismas familias se queden sin hogar, sin recursos y deban abandonar a su mascota por no tener cómo mantenerla.

Esto representa ahora un nuevo factor que antes no se tenía en cuenta y que atemoriza, pues los refugios consideran que en 2018 los números están creciendo y serán más de los casi 140.000 gatos y perros desahuciados que quedaron en las calles durante el año pasado.

A esto se le suma que no todas las ciudades tienen un plan para hacer frente a esta situación y que ni siquiera el tema está dentro de las prioridades municipales, lo que deja solo a las iniciativas aisladas trabajando en pro de los animales que ahora se clasifican como perros desahuciados.

Pero, de acuerdo con fundaciones y organizaciones que enfrentan a diario el problema, los datos que existen no son suficientes ni están lo suficientemente actualizados para conocer a fondo la realidad de estos animales, por eso el esfuerzo de todos los actores implicados en el proceso debe ser mayor para tener cubiertos todos los focos que están aumentando la tasa de abandono de animales en las diferentes ciudades españolas y para desarrollar actividades y proyectos que incentiven la adopción de los perros y gatos que actualmente están en refugios, de los cuales casi un 10% es sacrificado cada año por problemas de salud.

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